¿Por qué no?


Santa Fe, martes 1 de julio de 2008



Ante las consecuencias que para la paz social han tenido los últimos acontecimientos vividos en todo el país, en un inimaginable conflicto que pretende hacer de los pequeños y medianos productores agrarios los responsables de todos los males que hoy aquejan al país, surgen entonces algunos interrogantes.

¿Por qué no generar, en un país que hoy puede mostrar 25 años de vida democrática, un diálogo sincero y fructífero que favorezca la solución rápida de un conflicto evitando mayores consecuencias?

¿Por qué no respetar las instituciones de la democracia, como las cámaras legislativas de la Nación, transformadas hoy en una representación raquítica, donde casi ningún legislador oficialista se atreve ni siquiera a expresar de viva voz, como corresponde, la problemática de sus representados?

¿Por qué no contar con una regulación estable y equitativa de los recursos que maneja el ejecutivo para evitar el sometimiento de los gobiernos provinciales, privados del derecho a planificar su acción política, condicionada por la transferencia de recursos?

¿Por qué no se ha cumplido con lo que establece la Constitución Nacional en su reforma del 94, que ordena elaborar una ley de coparticipación reemplazada por "pactos fiscales" o "acuerdos impuestos verticalmente" y que dejan a las provincias en un virtual estado de sometimiento frente a la voracidad recaudatoria de la Nación?

¿Por qué no se envían los subsidios equitativos para que el interior del país tenga el mismo derecho a recibir combustible al precio oficial sin parar su economía y a disfrutar de un transporte público de pasajeros a un costo similar en todo el país?

¿ Por qué no entender que una justa distribución de la riqueza significa salarios y jubilaciones dignas para que todos los ciudadanos, desde Jujuy a Tierra del Fuego, puedan adquirir libremente los bienes materiales que esta tierra ofrece como tributo generoso del trabajo, porque el "hambre es un crimen" que no se debe aceptar después de tantos años de recaudación récord?

¿Por qué no exigir que la justicia tenga las herramientas necesarias para desarrollar su labor en tiempos razonables y con la independencia necesaria para que los ciudadanos puedan comprobar que "todos somos iguales ante la ley" y que no existe una justicia complaciente con el poder e insoportablemente lenta con el reclamo popular?

¿Por qué no empeñar el trabajo diario en la construcción de ciudadanía, la formación de pensamiento crítico y la participación de los santafesinos, sin discriminación partidaria en la elaboración de propuestas que nos permitan superar situaciones dolorosas que hacen a la garantía de los derechos humanos de hoy, tales como el alimento, la educación, el trabajo decente, la promoción de la salud, la seguridad, la justicia y la cultura?

¿Por qué no fortalecer los partidos políticos evitando su disgregación en fuerzas fácilmente cooptadas por el poder de turno, donde el abanico de pensamiento de la sociedad favorezca el debate y la toma de decisiones? ¿Por qué no intentar el reconocimiento de que los argentinos tenemos derechos, deberes y obligaciones en la construcción de espacios políticos donde se respeten las divergencias y se logren los consensos necesarios para controlar el poder hegemónico de quienes se niegan sistemáticamente al diálogo para ofrecer una alternativa posible de gobierno como oposición al discurso oficialista que apoyado en datos falsos de la realidad niegan una inflación insostenible y una pobreza que va en aumento y nos duele profundamente?

¿Por qué no dejar de pensar en la política como herramienta de ascenso personal a cargos públicos, utilizando la credibilidad y el bien ganado respeto de algunos líderes para pasar a pensar en generar desde cada lugar en que se desarrolla una actividad, las transformaciones que la sociedad espera de una dirigencia comprometida, que no viva saltando de un lugar a otro, según su conveniencia del momento?

¿Por qué no empezar a pensar en una verdadera y profunda autocrítica de las prácticas políticas y sociales que han permitido durante años desde la conducción de una cooperadora, una vecinal, un club, un sindicato, una institución, un partido político, permanecer y subsistir dentro de una democracia formal no participativa sustentada en actos que día a día se aceptan como "normales" en una convivencia que, ante este estado de cosas, se hace cada vez más violenta y menos solidaria y no aporta a la calidad institucional de una verdadera democracia?

¿Por qué no pensar que con alentar la producción se baja la pobreza, se generan nuevas oportunidades de trabajo y desarrollo, se mejora el acceso a los bienes educativos, culturales y sociales, pero nada garantiza la recuperación de un pueblo humillado, silencioso, incapaz de hacer oír su voz porque necesariamente, en estas condiciones, será un pueblo pisoteado en su dignidad?

¿Por qué no pensar que la pobreza y la exclusión se profundizan al no estimular que se incorpore
valor agregado a nuestros productos, lo que significaría de hacerlo más trabajo y mejor calidad de vida para los argentinos?

¿Por qué no pensar que lo más importante para salir de este estado de angustia y enfrentamiento es poner el "mayor valor agregado" de humanismo, compromiso y solidaridad al servicio de un país decididamente federal que nos permita avanzar hacia el futuro y el reconocimiento del mundo, como una verdadera Nación previsible y respetuosa de una democracia plena?

Y por qué no sostener que "Si así no hiciereis" seguramente serán muchos los ciudadanos que cada día más demandarán con su voz o con su voto el cumplimiento de este juramento. Sin duda, ese día será justicia.


Noelia Montaño de Chiementín
Concejala ARI Santa Fe

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