Las medidas anticrisis anunciadas por la presidente reflejan la incapacidad del gobierno para entender la dinámica recesiva que afecta a las familias y a la estructura productiva del país.
Son insuficientes para estimular la demanda interna y proteger el empleo y profundizan la falta de reglas claras sin las cuales es imposible el retorno del crédito y el desarrollo de proyectos productivos que dicen perseguir.
El país necesita un shock de demanda y una baja generalizada de impuestos. En cambio, el gobierno insiste con medidas fiscalistas. A no confundirse: estas medidas buscan aumentar la recaudación, no evitar la recesión, como titulan algunos medios.
La gravedad moral del blanqueo de capitales no debe soslayarse. Al premiar al evasor se renueva el mensaje de Santos Discépolo de que "el que no afana es un gil". Así se sentirán quienes pagan puntualmente sus impuestos después de esta versión más extrema del perdón en la que ni siquiera se interroga acerca del origen de los fondos. El premio es mayor para el dinero mal habido que para quienes no están al día con sus impuestos. La urgencia fiscal no justifica este asalto a la ética.
¿Qué promueve el crédito y los proyectos de inversión? Otra de las falacias con las que se busca engañar a la opinión pública y comprar diputados. Siete puntos menos de tasa impositiva no compensan el riesgo de mantener el dinero durante 24 meses en un país en el que reina la inseguridad jurídica (¿qué garantías da un gobierno que puede expropiar los aportes jubilatorios de 9 millones de personas?).
En cuanto a las medidas referidas al mercado laboral, la rebaja de los aportes patronales para nuevos empleos es una medida mezquina que hasta puede profundizar la ola de despidos actual – conviene equivocarse por defecto, es decir, reducir ahora por demás el plantel de trabajadores, total más tarde si hiciera falta se contratarán algunos de ellos a un costo menor. En un momento recesivo como el actual no se debe discriminar por tipo de empleo sino apoyar toda forma de empleo con incentivos fiscales generales y generosos. El costo laboral promedio se mantiene invariable con esta medida que no revierte la fuerte desaceleración del empleo del último año.
La condonación de la deuda impositiva de las Pymes a cambio del blanqueo del empleo también privilegia la caja por encima del empleo pues encarece el costo laboral de las Pymes que decidan blanquear.
Y qué decir del paquete anunciado de obra pública? En los años de la expansión era solo caricaturesco que el gobierno anunciara permanentemente nuevas obras que nunca se efectivizaban. Pero cuando se anuncia un plan de obras públicas como instrumento anticíclico pasa a ser vital la capacidad de gestión e implementación de las mismas. Si sólo quedan en anuncios, no se logrará movilizar los recursos productivos y la demanda efectiva. Tampoco es clara la manera de financiar las mismas, porque el stock de activos financieros que sacan de las AFJPs ya tenían un destino y no queda claro que sea significativo el monto libre para invertir.
El país ha entrado en una profunda dinámica recesiva producto de los excesos que se cometieron durante la expansión, la voracidad fiscal iniciada con el impuestazo al campo de noviembre del año pasado, y las medidas espasmódicas y efectistas de este gobierno frente a la crisis internacional que no han hecho más que profundizarla fronteras adentro.
Estas medidas ratifican que el gobierno está más empeñado en cumplir con los abultados compromisos fiscales que en el 2005 no supo renegociar, que en defender el empleo, aliviar la recesión y frenar la suba de la pobreza, que ya supera los niveles vigentes al inicio de la última recesión.
Equipo Económico de la Coalicion Civica
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